El Placer del Clérigo

El placer del clérigo, otro cuento de la colección de Roald Dahl. Como casi todos sus cuentos de este autor, este también tiene un final, el cual no esta escrito pero sabemos muy bien lo que seguirá, solo hace falta inducirlo. En este cuento Roald también nos muestra una historia, que refleja muy bien, lo que se vive hoy en día en muchos lugares, no solo del Perú sino también del mundo. Personas que engañan a las demás, solo con la intención de llevarse algo valioso a menos precio y ganar dinero con ello. Personas que en la actualidad se pueden llamar estafadores y que muchos logran convencer a sus clientes y engañarlos, como sucede en esta historia.

Esta es la historia del Sr. Boggis un clérigo, o bueno al menos se vestía como uno, que decide comenzar a trabajar y crear una supuesta empresa que se dedicaba a la compra de muebles antiguos. Este hombre decide comenzar con esto, ya que tiene una peculiar anécdota en casa de una persona, ya que encuentra un mueble con mucho valor y de pura casualidad, es ahí donde empieza su interés por saber, si las demás casas de esa zona, tendrían algo parecido, hasta incluso de mas valor. Comienza su travesía y se encuentra con un mueble antiguo, un mueble que si lo lograba tener en su poder, ganaría mucho por ello. Así que decide inventar una historia a sus dueños, para que se lo dejaran barato, y lo consigue, pero el clérigo inventó que en verdad solo quería las patas de dicho mueble. Así, cuando el clérigo se disponía a traer su auto a esta casa y recoger el mueble, los dueños deciden cortarle las patas al mueble, porque pensaron que seria muy grande para que entre a un auto. Cuando el clérigo se acercaba a la casa, es cunado finaliza el cuento.

En este cuento se puede hablar de un personaje principal, que es el ya mencionado clérigo( Sr. Boggis), una persona con mucho dinero y que hizo hasta lo imposible por conseguir tan valioso mueble, pero lamentablemente para él, al final su sueño es roto por los dueños del mueble. Otros personajes en la historia son los dueños del mueble que eran tres, en verdad solo era uno, pero los otros dos lo acompañaron en todo momento, para que no se dejara engañar por el clérigo. Estas tres personas eran muy insistentes, por ello el clérigo tuvo que trabajar arduo para convencerlos.

En conclusión, esta me parece una historia muy buena, que a pesar de no tener un final, el cual se deja a la imaginación del lector, es entendible. Además se puede asociar muy bien con la realidad, aunque si bien es cierto no es algo positivo, es bueno saber que no debemos confiar en todo el mundo.